Donald Trump reemplazó hoy a su secretario de Estado, Rex Tillerson.
Esto profundiza la seguidilla de enroques, renuncias y desplazamientos que caracterizaron a su gobierno durante las últimas semanas y abre una nueva grieta en lo que la prensa llama el “turbulento gabinete”.
Tillerson, un antiguo ejecutivo de Exxon, había chocado desde las primeras semanas con Trump.
Una de sus diferencias más conocidas, y que probablemente determinó su salida y el arribo de Pompeo, es sobre el acuerdo nuclear de las potencias con Irán, conocido oficialmente como el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés).
El bajo nivel de la relación Trump-Tillerson se evidenció como nunca en julio pasado, cuando se filtró que, tras una disputa en el Despacho Oval, Tillerson, desesperado, había dicho a su equipo que Trump era un “estúpido”.
Tillerson nunca desmintió esa afirmación en las reiteradas entrevistas que se le hicieron sobre el tema, lo que llevó al presidente a comentar: “Creo que es información falsa; pero si lo dijo, entonces supongo que tendremos que comparar nuestros coeficientes de inteligencia. Y no tengo dudas sobre quién va a ganar”.
Hace exactamente una semana, Trump había negado que exista “caos” dentro de la Casa Blanca. Fue tras la ola de mensajes en las redes sociales generados por la salida de su asesora de comunicación, Hope Hicks, la que más tiempo llevaba a su lado, y de Gary Cohn, el principal asesor económico de la Presidencia.
The new Fake News narrative is that there is CHAOS in the White House. Wrong! People will always come & go, and I want strong dialogue before making a final decision. I still have some people that I want to change (always seeking perfection). There is no Chaos, only great Energy!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de marzo de 2018
El republicano aseguró que lo que hay en su entorno es una “gran energía” y cargó contra la “narrativa de noticias falsas” que hablan de caos.
“¡Mentira! La gente siempre vendrá y se irá, y yo quiero un fuerte debate antes de tomar una decisión final”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
En una suerte de vaticinio que anticipó el desplazamiento de Tillerson, el magnate agregó: “Todavía hay gente que quiero que cambie (siempre en busca de la perfección)”. “No hay caos, solo una gran Energía”, insistió.
A inicios de febrero, el especialista con más experiencia en América Latina y el número tres de la Secretaría de Estado, Thomas Shannon, había renunciado también alegando que necesitaba “un descanso”.
Días más tarde, se conoció la renuncia de Rob Porter, secretario de gabinete de la Casa Blanca, luego de que trascendieran a la opinión pública las denuncias de abuso y violencia doméstica por parte de sus dos ex esposas.
Hoy, un nuevo desplazamiento, en este caso en la neurálgica Secretaría de Estado, que ahora funcionará bajo el mando de Mike Pompeo (hasta hoy director de la CIA) vuelve a sacudir uno de los gabinetes más convulsos de la historia de Estados Unidos.